PRESIDENCIA DEL DOCTOR JAIME LUSINCHI (1984-1989)

 


    "El médico pediatra Jaime Lusinchi asume la Presidencia de la República el 2 de febrero de 1984. En su discurso de toma de posesión estableció tres líneas de trabajo para su gobierno: el pago de la deuda externa hasta el último centavo, la necesaria reforma del Estado, y un Pacto Social para la gobernabilidad. También, al designar su Gabinete Ejecutivo y a los gobernadores de los estados, que entonces los designaba el Presidente de la República, a los venezolanos nos quedó claro que se trataba de una administración de Acción Democrática. Muy pocos nombramientos de personalidades fuera del partido, y muchos gobernadores de estado nombrados que, a su vez, eran Secretarios Generales de AD en su región. Nada que extrañar: el respaldo que recibía la socialdemocracia era contundente. Quizás el elector pensó que lo apropiado era entregarle todo el poder a un equipo que diera respuestas para la Venezuela de «vacas flacas» que se anunciaba. Las perspectivas no eran fáciles: una deuda externa cuyo servicio se llevaba casi la mitad del presupuesto nacional, y los precios del petróleo bajando.


    La crisis de la deuda externa

    El cambio diferencial se diversificó aún más, y Recadi estableció un dólar a 4,30, otro a 6,00, otro a 7,50 y otro al dólar libre, mientras Lusinchi declaraba en septiembre de 1984 en la ONU que se llegaría a un acuerdo con la banca internacional. En efecto, el acuerdo de refinanciamiento de la deuda externa se alcanzó en febrero de 1986, pero ese año los precios del petróleo bajaron tanto (12,82 $) que la República no pudo honrar la deuda y se tuvo que negociar otro esquema, que se firmó en febrero de 1987. Sobre este acuerdo de refinancia-miento el presidente Lusinchi tuvo que declarar que la banca lo había engañado, ya que se trataba de un esquema notablemente peor que el alcanzado por México, es decir, con un menor período de gracia, y con intereses mayores.
    Todo esto ocurría sin que el gobierno se decidiera a desmontar el modelo económico, mientras mantenía los subsidios, favorecía arancelariamente la producción nacional, en busca de otro propósito de su gobierno: mantener la paz social. Esto se logró, pero a un costo muy alto, ya que al no hacerse las reformas económicas que se requerían, se estaban sacrificando las reservas internacionales, que lejos de crecer decaían, dado que los ingresos petroleros también lo hacían y, además, se estaban acumulando presiones en la sociedad, que eran producto de no enfrentar la raíz de los problemas sino de buscarle salidas que propendieran a la paz social, pero sin tocar el fondo del asunto. Es decir: sin enfrentar el nudo que representaba seguir con un modelo económico para el que no se contaba con suficientes recursos petroleros. En otras palabras, el costo del Estado empresario seguía igual, pero con menos de la mitad de los recursos para mantenerlo, y sin posibilidad de endeudarse, ya que las líneas de crédito internacionales para Venezuela estaban cerradas.

    La reforma del Estado

    Junto con este panorama complejo, era vox populi que el aparato del Estado no funcionaba, y que se hacía necesario una reforma de todos los poderes públicos. Por ello el 17 de diciembre de 1984 el gobierno creó la Copre (Comisión para la Reforma del Estado), presidida por Ramón J. Velásquez y con Carlos Blanco como Secretario Ejecutivo.
    La Copre comenzó su trabajo reuniendo a universitarios de todos los sectores y todas las corrientes políticas, haciendo énfasis en la necesidad de fortalecer el Estado por la vía de su reducción, así como de la necesidad urgente de modificar el Poder Judicial, y avanzar en la descentralización del poder central. A medida que se iban entregando los trabajos de la Comisión, pues iban encontrando mayor resistencia en el partido de gobierno, y en un amplio sector de Copei, ya que sentían que las reformas vulneraban las bases sobre las que se habían levantado sus proyectos políticos y sus organizaciones, aunque no lo manifestaban abiertamente. Tanto fue así, que ambos partidos hallaron la excusa para retrasar las reformas en la llegada del año electoral, mientras el propio gobierno le ponía muy poco cuidado a lo que hacía la Comisión. Todo este cuadro revela que en el momento de reformar el sistema político, para preservar su existencia, los factores fundamentales prefirieron postergar las decisiones, de modo tal que le tocara al próximo gobierno tomarlas. Así fue como con habilidad política, la Copre logró un acuerdo en 1988 entre los entonces candidatos principales de AD y Copei (Pérez y Eduardo Fernández) para la firma de un acuerdo para impulsar la aprobación de la Ley de Descentralización Política y Administrativa, que crearía la posibilidad de elegir a gobernadores y alcaldes de forma directa, universal y secreta. Así se implemento en 1989, cuando otro gobierno administraba el Estado.
    Por otra parte, la dinámica de la denuncia de los hechos de corrupción del gobierno anterior no se detuvo, y fueron juzgados el ministro de Transporte y Comunicaciones y el Gobernador del Distrito Federal del gobierno de Herrera, así como tres ministros de la Defensa del período anterior, a quienes se les imputó por sobreprecio en la compra de armas. Por otra parte, con motivo de la primera visita que un Papa hacía a Venezuela, el presidente recibió en Maiquetía al Sumo Pontífice con su esposa, Gladys Castillo de Lusinchi, mientras el poder de su Secretaria Privada en Miraflores iba en ascenso. Este tema, que parece subalterno, se convirtió en un problema de Estado ya que Blanca Ibáñez intervenía en los asuntos del gobierno con decidido don de mando, incrementado después del divorcio del Presidente de su esposa. Irritaban enormemente al sector militar estas intervenciones públicas de la Secretaria Privada. El tema pasó de manera abrumadora a la agenda pública, sobre todo porque buena parte de la prensa se quejaba de que no recibía los dólares preferenciales para la compra de papel, si las críticas contra el gobierno eran severas desde sus páginas. La represión contra periodistas fue extrema; a Alfredo Tarre Murzi lo golpearon en la cabeza sujetos desconocidos, a José Vicente Rangel se le presionaba para que bajara el tono de sus denuncias, a RCTV se le hostigaba con frecuencia. En contrapartida a lo señalado, el trabajo de imagen que el periodista Carlos Croes hacía desde el gobierno tuvo sus frutos, ya que la administración Lusinchi concluyó con los más altos índices de popularidad que gobierno y gobernante alguno, entre nosotros, hubiese alcanzado al final de su mandato.
    Las elecciones de 1988 arrojaron un resultado polarizado todavía mayor que el de los anteriores comicios. Carlos Andrés Pérez (AD), que se le sobre impuso a su partido como líder nacional, obtuvo el 52,88 por ciento de los votos, mientras Eduardo Fernández (Copei) alcanzó el 40,39 por ciento de los sufragios. Petkoff (MAS), como tercera opción obtuvo apenas el 2,71 por ciento. El esquema bipartidista estaba en su apogeo, presentándose dos fenómenos a señalar: el voto cruzado y la economía del voto. El partido de Petkoff (MAS) obtuvo el 10,14 por ciento de los votos para el parlamento, mientras su candidato la cifra señalada, lo que indica que muchos de los votos del MAS para el Congreso Nacional, migraron hacia una de las dos opciones de triunfo en las presidenciales, por razones de economía del voto o, dicho de otro modo, de búsqueda de hacer efectivo el voto, más que simbólico o doctrinario.
    Es necesario señalar que el elector no identificó plenamente al candidato Pérez con el gobierno de Lusinchi, ya que Pérez tenía vida política propia, dado que su liderazgo no dependía de su partido y, en verdad, si AD no lo hubiera apoyado sus posibilidades de triunfo eran muy altas. Ya vimos como en su primer gobierno Pérez privilegió a independientes en su Gabinete Ejecutivo, y ahora se esperaba lo mismo. Además, en el imaginario colectivo se asociaba a Pérez con la abundancia, «las vacas gordas», de su primera administración, y fueron innumerables los votos que obtuvo, fundado en este recuerdo de abundancia, que brillaba mucho en tiempos de escasez. En muchos sentidos, este fue el recuerdo que invocó Pérez durante su campaña, muy distinto al que tuvo que implementar al no más llegar al gobierno: una política severa de ajustes macroeconómicos, no anunciados antes, que veremos luego."

Rafael Arráiz  Lucca Venezuela:  1830 a nuestros días )


No hay comentarios:

Publicar un comentario

CRONOLOGIA DEL GOLPE DE 1992 AL TRIUNFO ELECTORAL DE HUGO CHAVEZ 1998 ( 1992-1998)

  10 de febrero :  Venezuela  establece relaciones diplomáticas con  Letonia  y  Lituania . 25 de febrero : Los  medios de comunicación  rea...