Francisco Herrera Luque La escritura como testimonio de vida Psiquiatra, profesor universitario, narrador, Francisco Herrera Luque nació en Caracas el 14 de diciembre de Cursó estudios en la Universidad Central de Venezuela y en la de Salamanca (España) en la cual se graduó de médico (1952). Simultánea fue su actividad docente en la Universidad Central de Venezuela, su trabajo en la atención de sus pacientes ( ) y su labor de escritor. Fue Individuo de Número de la Sociedad de Historia de la Medicina, co-fundador de la Cátedra de Psiquiatría de la UCV y de la Sala de Psiquiatría de la Cruz Roja Venezolana. Su tesis de doctorado dio nacimiento a Los viajeros de indias (1961). A éste siguieron, siempre dentro de los moldes del ensayo interpretativo, La huella perenne, Premio Nacional de Medicina (1969), Las personalidades psicopáticas (1969), las tres series de La historia fabulada ( ) y Bolívar de carne y hueso y otros ensayos (1983). A comienzos de los años sesenta, el demonio de la creación literaria lo atrapó. Fue entonces cuando produjo siete ficciones que tuvieron un alto eco dentro y fuera del país y lo convirtieron en el escritor más leído de toda la literatura venezolana. Esas obras son Boves, el urogallo (1972), En la casa del pez que escupe el agua (1975), Los amos del valle (1979), La luna de Fausto (1983), Manuel Piar, caudillo de dos colores (1987), Los cuatro reyes de la baraja (1991). Luego de su muerte en Caracas el 15 de abril de 1991 se han publicado dos obras póstumas, rescatadas de los manuscritos en los que estaba trabajando: 1998 (1992) y Bolívar en vivo (1997). Un tercer manuscrito se presentó, 10 años después de su muerte, con la misma intensidad histórica y psicológica de sus primeros libros: El vuelo del alcatraz (2001).
Obras publicadas
Los viajeros de Indias (1961) La tesis de la sobrecarga psicopática que ha gravitado en la población iberoamericana desde la Conquista y durante la Colonia hasta nuestros días, es explicada por Francisco Herrera Luque, en esta obra, como una consecuencia directa de las aberraciones, enfermedades mentales y criminalidad morbosa que los conquistadores europeos trajeron a nuestras tierras hace cinco siglos. Nuestro futuro como pueblo se vió comprometido desde un principio. El tan cacareado mestizaje, según las polémicas conclusiones del psiquiatra y escritor, no fue sino la trágica herencia que los «Viajeros de Indias» dejaron sembrada en la sangre de los venezolanos y demás pueblos iberoamericanos. Tal destino no respetó fronteras sociales. Afectó tanto a oligarquías «propensas a los desórdenes psíquicos» como al pueblo llano y se ensangrentó en caudillismos, tiranías y luchas fratricidas a lo largo de nuestra historia. Es un libro polémico y lo seguirá siendo por mucho tiempo.
La huella perenne (1969)
Premio Nacional de Medicina «Veinte generaciones de indiscutibles perturbados se interponen en los seiscientos años que nos separan desde nuestra coetánea Carlota hasta el fiel amante de Inés de Castro», señala Francisco Herrera Luque en esta obra donde se analiza psiquiátricamente la ascendencia patológica de algunos príncipes y reyes de nuestro siglo, remontándose esta búsqueda a los comienzos del siglo VIII. El objetivo: demostrar en forma experimental un axioma de la teoría genética cuando afirma la continuidad ininterrumpida del plasma germinal. La obra está concebida y desarrollada dentro de un marco estrictamente científico; pero, por la índole del tema y por la intención que tuvo el autor de presentarlo con llaneza y con numerosas notas explicativas, es una obra accesible al público no especializado en Psiquiatría. En este acucioso estudio aparecen, en trágica y alucinante sucesión más de cuatrocientos personajes: desde Don Pelayo, inmerso en las brumas legendarias del alto medioevo hasta hombres de nuestro siglo como Alfonso XIII, Carlota de México y el emperador Francisco José. Veremos a doña Juana la Loca en su trágico deambular por los pueblos de Castilla, llevando consigo el cadáver de su marido Felipe el Hermoso y a su antepasado Pedro el Cruel de Portugal desenterrando el cadáver de Inés de Castro, para sentarla en el trono y hacerla reinar después de morir. En este estudio se señala el morbo que afectó a la Casa de Austria española, a los Borbones y a los Habsburgos. Aparecerán los Trastamara y los Valois. San Luis rey de Francia y su biznieta Margarita de Borgoña. Todos en trágica concatenación hasta justificar el título del libro: La huella perenne.
Las personalidades psicopáticas (1969)
Herrera Luque se plantea muchos problemas en torno a las personalidades psicopáticas. Sus opiniones y experiencias al respecto las podemos conocer a lo largo de la lectura de esta obra. Todas sus consideraciones giran tenazmente y desde ángulos diversos en torno a la cuestión de lo «dado» y de lo «hecho» en el curso de la vida en las personalidades psicopáticas.
La historia fabulada (1981-1983) )
Riquísimo anecdotario histórico venezolano en el cual Herrera Luque, siguiendo las normas del género, se toma como historiador las mejores libertades del novelista.
Bolívar de Carne y hueso y otros os ensayos (1983)
Nos presenta un Bolívar en su humanidad, desposeído de maquillaje y también de calumnias; en el justo término de lo objetivo; sin que interferencias afectivas, mitos y prejuicios deformen la realidad. Los otros ensayos que acompañan este libro son sobre Boves, Gómez, Betancourt, González, Machado, Freud y Fausto.
Boves el Urogallo (1972)
Según lo advierte el propio autor «esta es la historia verídica, fabulada y verosímil de José Tomás Boves, aquel fabuloso guerrero asturiano, que entre 1813 y 1814 fue el paladín de la antirrepública, el destructor afiebrado del orden colonial y el primer caudillo de la democracia en Venezuela «.
En la casa del pez que escupe el agua (1975)
Sesenta años de la historia venezolana desfilan por las páginas de este libro en la amena prosa de Francisco Herrera Luque. Todo el proceso que condujo a Juan Vicente Gómez al poder y las alternativas de su mandato. El papel decisivo de las oligarquías caraqueña y valenciana. El nacimiento de la Venezuela petrolera y la transformación radical que sufre el país son los aspectos fundamentales de esta novela histórica.
Los amos del valle (1979)
La colonización española de Venezuela se va haciendo por etapas. Los primeros en llegar son aventureros sin nombre ni fortuna que se reproducen con las indias del lugar. Después llegan los segundones de la península, sin un centavo pero con apellidos distinguidos. A través de sus hijas, los primeros colonizadores entroncan con estos aristócratas. Así nacieron los amos del valle. Una oligarquía despiadada y cruel, de dudosos ancestros, con fortunas logradas mediante el tráfico del cacao. Su historia se confunde con la de la ciudad y la del país. Sobre el marco de la verdad histórica, Herrera Luque crea personajes de ficción que viven la apasionante aventura colonial en un clima de violencia, sensualidad y sadismo pocas veces planteado con tanta maestría en la literatura sudamericana contemporánea.
La luna de Fausto (1983)
Esta obra de Francisco Herrera Luque ha sido considerada como una de las más logradas de la novelística contemporánea. Se trata de la historia fabulada, pero cierta, de Felipe von Hutten, gentilhombre de Franconia, criado en las gradas del trono de Carlos V. Fausto, el célebre nigromante que aún se tiene por legendario, le vaticina en Würzburg, luego de leer su horóscopo, un trágico final si se enrola en la expedición que organizan los banqueros Welser en busca de El Dorado, la ciudad de los techos de oro inmersa en la Amazonia.
Manuel Piar caudillo de dos colores (1987)
Es la historia fabulada de Manuel Piar, uno de los cuatro grandes protagonistas militares de la Independencia de Venezuela. El misterio en torno a su origen adquiere contornos de leyenda cuando se sugiere que podría ser hermanastro bastardo de Simón Bolívar; el otro gran personaje de esta novela, cuya trama desarrolla la compleja relación de amor y odio entre ambos próceres.
Los cuatro reyes es de la baraja (1991)
En esta obra Francisco Herrera Luque recrea, a través de la crónica novelada de la gestación, configuración y consolidación de la nación venezolana, la vida del dictador Antonio Guzmán Blanco, uno de «los cuatro reyes de la baraja» que mayor influencia ejercieron en la creación de la Venezuela actual. Estructurada en tres partes, la novela presenta una aguda crítica de los males comunes a otras muchas naciones hispanoamericanas: la incapacidad para asumir su esencia mestiza, la fascinación degradante por Europa -especialmente Francia-, el desprecio por las libertades, la falta de respeto por el adversario y el culto fanático por el amiguismo. Mediante un difícil equilibrio entre crónica, pensamiento político y acción novelada, el autor se destaca por una presentación de los hechos a partir de los recuerdos, las vivencias y las contraposiciones de un grupo de contertulios hacia fines de la década de El Viejito -personaje cuyo nacimiento se remonta imaginariamente a los inicios de la época de Bolívar- asume la función de ser la vivencia colectiva de Venezuela
1998 (1992)
En esta novela el autor prescinde del dato histórico y se maneja esencialmente en el ámbito de la imaginación y aún de la fantasía. Sin embargo, 1998 se ubica temáticamente en lo que podría llamarse política-ficción. Lo narrado corresponde al presente venezolano e hispanoamericano, pues aunque se trata de sucesos totalmente imaginarios, el autor los sitúa en un lapso comprendido entre la década de los 70 y Lo más curioso es que, escrita hace varios años, los hechos que narra el novelista, dentro de su textura imaginaria, fantasiosa y también humorística, se parecen extraordinariamente a mucho de lo que ha ocurrido, está ocurriendo, en los últimos años en el mundo y en nuestros países, especialmente Venezuela y Perú.
Bolívar en Vivo (1997)
Quien se asome a la vasta obra de Francisco Herrera Luque se topará muchas veces con la figura de Bolívar. Está en Boves, el Urogallo (1972), en Manuel Piar, Caudillo de Dos Colores (1987) y en su ensayo Bolívar de carne y Hueso (1983). Ahora aparece el mismo personaje, que tanto inquietó a Herrera Luque, en las páginas de esta entrevista imaginaria que él tituló Bolívar en Vivo y en la cual remató las argumentaciones que desarrolló en sus diversas aproximaciones a El Libertador. Bolívar en Vivo está redactado dentro del espíritu de lo que Herrera Luque denomino la «Historia Fabulada» pero no es una novela, es un coloquio. En él, el autor y el poeta Miguel Otero Silva ( ) hilvanan una sabrosa charla con Simón Bolívar, palique que los lleva a tocar asuntos focales de la vida del caraqueño. Y este les responde todo lo relativo al fusilamiento de Piar, a sus relaciones con Manuelita Sáenz, el Precursor Miranda, su experiencia haitiana, el significado que tuvieron en su vida los años , la Conferencia de Guayaquil y la crisis final de la Gran Colombia.
Bolívar en Vivo es una contribución preciosa al conocimiento de El Libertador. Los lectores de Herrera Luque seguirán con pasión lo que se dice en sus páginas. En ellas Herrera Luque vuelve a humanizar la historia.
El Vuelo del Alcatraz 2001
Justo a los 10 años de su fallecimiento, Francisco Herrera Luque sorprende una vez más con un inédito, El Vuelo del Alcatraz, en el que los lectores habituales de Herrera Luque encontrarán al Bolívar enfrentado con Páez y Santander por la Gran Colombia, y los nuevos lectores del autor una novela de gran fuerza narrativa donde, de nuevo, la imagen de los héroes da paso a los hombres que fueron. Esta novela fue presentada este jueves 29 de marzo a las 6:30 de la tarde por el doctor José Rafael Lovera, Individuo de Número de la Academia de Historia de Venezuela, en la Quinta de Anauco en San Bernardino. Al respecto, el presentador señaló que la misma, como ha sido la marca de toda la obra de Francisco Herrera Luque, «generará una gran discusión. Los lectores la leerán de un tirón pero, sobre todo El Vuelo del Alcatraz va a enriquecer la reflexión de los venezolanos por ese personaje que tanto nos obsesiona: Simón Bolívar». Por su parte, el prologuista de la novela y quien realizó el trabajo de editting de los manuscritos, el crítico literario Roberto J. Lovera De Sola, señala en la presentación que: «gustó a Herrera Luque plantear los momentos más arduos de la vida de Simón Bolívar, como sus pasos por Puerto Cabello, sitio de desdichas sin par, sus relaciones con las figuras claves de entorno como José Antonio Páez o Francisco de Paula Santander, como José de San Martín o Manuel Piar y lo hizo siempre para volver a contar la historia, para no mentir a través de ella, para humanizar a sus protagonistas, para hacer comprensible nuestro pasado a los venezolanos de hoy». Los dos doctores Lovera no dejan espacio para mayor presentación. Sólo queda leer de nuevo a Francisco Herrera Luque y el Bolívar que el autor construye a partir de las miradas de los personajes que lo rodean. Eso y más El Vuelo del Alcatraz.
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